jueves, 26 de noviembre de 2015

El planeta Tierra es una isla

                                                 Planeta Tierra. Fotografía:  NASA



El planeta Tierra es algo parecido a una isla en la inmensidad del océano cósmico. Quizá nos traiga cuenta, y mucha, tener en cuenta esta afirmación, que no es ni mucho menos gratuita ni demagógica como algunos la definirían. Es nuestra obligación aprender de lo que la historia nos ha enseñado. Pensemos en el planeta como, en efecto, una isla.
Todos habéis oído en alguna ocasión hablar de la isla de Pascua, en el océano Pacífico. Es muy famosa por las antiguas esculturas gigantescas denominadas “moais”, son fascinantes obras de arte al aire libre. Pues, esta isla y sus estatuas de piedra son un buen ejemplo que deberíamos de tener en cuenta si realmente el Ser Humano es consciente de la que se puede avecinar para las futuras generaciones, quizá para nuestros hijos.
La isla de Pascua fue habitada durante milenios hasta que la población aborigen desapareció misteriosamente. Ese ha sido un tema estudiado por historiadores y antropólogos durante bastante tiempo, ya que no se encontraban razones aparentes para explicar la desaparición repentina de la población. Parece ser que los investigadores, desde hace unos años, han dado con el clavo de la cuestión, los mismos “moais” fueron los culpables de que desapareciera el pueblo que los construyó. No, no es nada paranormal ni esotérico. Una serie de factores se combinaron para provocar una catástrofe. El más importante fue, sencillamente que, al cabo de cientos de años, no quedó un sólo árbol en la isla. Fue totalmente deforestada, lo que digo, ni un sólo árbol. Las talas masivas eran necesarias para obtener troncos de cara el transporte de las grandes masas pétreas, y cada año que pasaba había menos espacio de bosque. Además, la población creció y el uso de la madera, evidentemente, resultaba necesario para la vida cotidiana. La deforestación coincidió con determinados periodos en que se produjeron alteraciones climáticas muy bruscas, quizá relacionadas con fenómenos como el Niño. Eso trajo guerras intestinas, el que no quedase absolutamente qué comer, ni vegetal ni animal, ya que los bosques fueron talados, se produjo una hambruna bestial y la muerte por hambre de la población. En realidad no les quedó madera ni para construir balsas o barcas con que huir de allí. La isla quedó deshabitada hasta la conquista española. Es un buen ejemplo a tener en cuenta. Somos una isla, si acabamos con los recursos nos vamos, literalmente, a la desaparición. Pensadlo, no es un tópico. Simplemente las cosas son así.

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