jueves, 16 de abril de 2015

Sobre la violencia entre familias poderosas en el Cehegín de la Edad Moderna


En varias ocasiones hemos hablado en este espacio de la violencia ejercida por las diferentes familias nobles de Cehegín entre los siglos XVI al XVIII, y donde el siglo más violento fue, sin duda, el XVII. A tenor de las investigaciones que yo mismo he realizado, hay algo que parece incontestable y que da muestra de las relaciones clientelares, familiares y de otros tipos que existían en Cehegín entre familias que se agrupaban en torno a una más poderosa, reforzando el poder de todas ellas, bien mediante matrimonios, bien con lazos clientelares, como he dicho. Así, cuando se producía una muerte violenta relacionada con las luchas entre familias el asesino solía ser de una familia menor relacionada siempre con otra más poderosa. En ocasiones eran criados mandados por su amo, pero, otras veces eran miembros de la entidad familiar. Así, por ejemplo tenemos el caso, comentado por mí varias veces de don Agustín Bernad de Quirós, que participó del asesinato del alcalde ordinario don Alonso Carreño Quirós (del que era, curiosamente pariente lejano, por el apellido Quirós), en el año 1690. Justamente un año antes, estuvieron a punto de matar a don Juan Fajardo Lara, alcalde ordinario por el estado noble. La muerte del Carreño fue, sin ninguna duda, una venganza por este hecho. Antes hemos hablado de don Agustín Bernad. Este apellido ya había aparecido durante el siglo XVII ¿lo recuerdan? Apuesto a que sí. Cuando don Martín de Ambel y Bernad mata a don Alonso de Góngora, alférez mayor. Quizá en este asesinato hubiese algo más que la simple honra de la hermana de Ambel, pero eso es algo que nunca sabremos, pues, sólo conocemos la documentación oficial. Es probable que en este entramado hubiese intereses familiares de por medio, ya que tanto los Ambel como los Bernad eran familias hidalgas menores que vivían a la sombra de otras más poderosas. En fin son conjeturas, pero que pueden ser ciertas perfectamente. ¿Si los Góngora hubiesen realmente querido matar a don martín de Ambel no lo hubiesen matado? Dentro o fuera de la ermita, por supuesto que sí. En caso de no querer derramar sangre dentro de suelo sagrado lo hubieran agarrado cualquier noche y se lo hubieran llevado saltándose las leyes sin reparo alguno. Sin duda hubo un apaño entre familias, aunque no conozcamos los pormenores del caso. De hecho los Ambel parece que tuvieron, durante el siglo XVII una importante relación clientelar bajo el manto de los Fajardo, mientras que los Góngora la tenían dentro del entramado creado por los Carreño. Es factible pensar que este hecho sucedió como una consecuencia más de esa guerra particular que durante este siglo XVII libraron las familias Fajardo y Carreño, y que produjo muchos muertos a lo largo del siglo XVII.
Cuando se reflejan casos de asesinato suelen ser estas familias de hidalgos de menor poder y fuerza económica las que aparecen envueltas como autoras o inductoras del crimen, pero raramente, las familias poderosas a quien servían o de que eran parientes.

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