domingo, 11 de noviembre de 2012

El mercado semanal en Cehegín, desde el siglo XVI.

La plaza Vieja, de Cehegín, donde se instaló el mercado por primera vez. Al fondo el arco de la puerta de entrada a la Villa, del siglo XV




El mercado semanal, en Cehegín fue obtenido como privilegio por una Real Provisión de Felipe II, con motivo de intentar dar cierto movimiento a las mercancías varias y productos agrícolas y alimentarios, para estimular la economía local. En primer lugar fue instalado en la hoy conocida como Plaza Vieja, que entonces era la que se utilizaba como plaza principal de la Villa. Desde el primer momento se hacía los domingos.  Antes de tener oficialmente mercado, Cehegín ya disponía de una lonja,  a tenor de la documentación del Concejo del siglo XVI. Tengo casi la certeza de que esta lonja estaba centrada, en gran parte, en el comercio de la seda, de gran importancia en el Cehegín de los siglos XVI y XVII, y de lo que, casualmente, se ha escrito poco, a pesar de la importante producción sedera de Cehegín en este tiempo de la Edad Moderna.  Volviendo al mercado semanal, aunque se trataba de una concesión que debía dar el Rey, es seguro que se vendían, de manera regulada por las autoridades concejiles, determinados productos agrícolas y de alimentación en la plaza, como lo demuestra la documentación sobre la regulación de la venta de pan y otros productos, públicamente, en dicho lugar. Para ser un mercado, en primer lugar requiere una regulación, ordenación y distribución como tal, de modo que en un espacio determinado, se puedan agrupar numerosos puestos de venta de especies varias, que puedan ser sujetas a control por las autoridades, y se permita el servicio adecuado a los compradores. Más tarde el mercado se trasladó hasta  la plaza nueva, una vez que esta obtuvo la capacidad y adecuación necesaria para funcionar como plaza mayor, que ya fue en el siglo XVII, terminando las obras a la vez que las de la casa Consistorial, o sea en el año 1676, ocupando el espacio que discurría entre la torre del Homenaje del castillo, el espacio donde hoy están los soportales del mirador y la casa del Ayuntamiento Viejo. Allí se  mantuvo hasta los años 70 del siglo XX en que se trasladó a la calle Mataró, donde se construyó, en el año 1975 la Plaza de Abastos.

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